Medias peludas

Ya se sabía que los chinos son todos iguales, que en cada esquina de tu ciudad hay un chino abierto las 24 horas del día y que nunca hay gatos cerca de los restaurantes chinos. Lo que la gente no tiene del todo claro aún es que China ya se ha convertido en la primera potencia mundial y que parte de ese éxito es causado por su gran imaginación, iniciativa y sí, extravagancia.

Mientras aquí en España ponemos a una tía a dar, casi en bragas, las campanadas de fin de año, en China se dedican a inventar aquello que proteja a la mujer alejándola de mirones, buscones, viejos verdes, acosadores, violadores y demás gentes que rondan por ahí. ¡Cómo no van a llevarnos tal ventaja!

Existían las medias anti-varices, compresivas, antideslizantes, antiembólicas, negras, color carne, tupidas, de rejilla... pero faltaban las medias anti-pervertidos, y todo hueco de mercado es llenado por un empresario chino, al igual que todo local vacío es llenado por un bazar, super-bazar o hiper-bazar chino.

Y aquí está la innovación dentro de la innovación: las medias peludas.

Sorprendente pero cierto: la novedad en el sector de lencería se asienta en estas nuevas medias que persiguen el objetivo de alejar a sus usuarias de miradas obscenas y deseos impuros. Para el metro, para la playa, para ir a dar una vuelta o a donde quiera que vayas, si quieres asegurarte de no ser objeto sexual de muchos, esto es sin duda lo que necesitas.

¿Que tu vecino del quinto cualquier día se te echa encima en el ascensor? Cómpralas. ¿Que quieres poner a prueba el amor de tu novio? Cómpralas. ¿Que no sabes qué broma gastar el día de los inocentes? Cómpralas. Y si eres de los que la crisis ha dejado sin un duro en el bolsillo, también puedes adquirirlas gratis tirando tus bandas de cera y Epiladys y esperando unos meses.

Si tuviera una lencería, no dudaría en llegar a algún acuerdo con los chinos y comprarles el producto, aunque incorporaría una mejora: la posibilidad de vender medias que simulen lo contrario, piernas depiladas, para todas aquellas a las que nos pilla por sorpresa el verano o pasamos de sufrir con la cera caliente y demás instrumentos de tortura femenina.

Pero no puedo finalizar mi entrada sin mencionar el riesgo al que te expones al usar esta prenda, y es que alejas a pervertidos pero también a príncipes azules, pudiéndote quedar para vestir santos el resto de tu vida.